sábado, 30 de abril de 2011

De mi..

.. Entrega.
En la nada se abre camino, mientras se cruzan grises y azulados.
Salta y ríe descalzo, encontrando abrigo en esos besos sin tiempo y busca el modo, ese en que las excusas sobran dejándolas para la indiferencia.
Allí se cruzan en un espacio reducido para todos y para nadie. Nadie corre, todos escapan.
Por eso, permanecen inmóviles ante la inercia que los empuja a querer contradecirse unos entre otros. Y se quedan, porque encuentran miradas razonadas.
Un trigésimo te quiero es mi modo, en el que tomo tu mano y te invito a la felicidad.

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Sonríe.