..Real

Y no sabes qué hacer.

Se escapa, se pierde, se enreda, mueres.

Miras alrededor, los cuadros que relucían de colores vivos derraman su color, muestran los verdaderos opacos que se ocultaban tras esa pintura.

Es tu culpa. Es de ellos. No es de nadie. Es de todos.

No sabes qué hacer, es mentira que las palabras se las lleva el viento.

Y quieres despertar, pero sabes bien que no estás dormido.

Es la vida..

Sonrisa..

Y conversando con la luna,

pedí a ella que en tu rostro se dibujara creciente,

para que, entre sonrisas nos miremos a los ojos.

Y si llegase de manera menguante, quedara en el olvido.

Aún no es menguante el vigésimo cuarto te quiero.

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Y llegó en cohete, y se perdió.

Deseo..

Volver al destierro de la vida, compartir como el tiempo avanza mientras las hojas caen.

Sentir que despierto en algún lugar cercano al horizonte, lejos de las nubes. Mirar, no sólo mirar.

Acercarse al paso de los pasos avanzados. Alejarse del olvido, encontrando las sonrisas creadas y revivirlas.

Recorrer con mis manos tus latidos, perderme en el deseo provocado. Respirar un aire agitado, escuchar gritos no silenciados.

Susurrar un vigésimo segundo te amo, mientras aprietas tus manos con las mías. Escuchar el silencio en compañía y dejar de prestarle atención en un beso o más.

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Víveme

En la foto: mi persona

A un.. distinto

Como las ansias por un cigarro y tus labios.

No, yo no las tengo. Pero sí, me gusta(s).

Se enciende, se disfruta, se consume y se apaga un vigésimo primer te quiero.

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Quiéreme

Una..

Y te siento saltando al lado de mi cuerpo, dentro de mi vida, arriba de mis pasos.

Te siento respirando conmigo,

esperando el silencio antes del alba.

Me escapo de la vida y sigo sintiéndote en ella,

inherente al alma mía que es prófuga del no entendimiento..

Me quedo..

Y vuelvo a mirar hacia el vacío que desaparece en el instante con la acción de tus manos que escuchan mi vigésimo te amo y me llevan hacía a ti para hacernos una.

Y te siento...

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Sonríeme.

Hey!. Aquí, adentro..

Como la vida vivida tras las pupilas,
como los sueños olvidados a mediodía;
como un suspiro suave perdido entre melodías,
como verano esperando su neblina;
como un "¿cómo estás?" sin tiempo de respuesta.
Y sin decir más..
Me siento atrapada, me siento recordada en solamente olvidos.
Ocultada de compartir sonrisa, pero con la sonrisa dibujada en la cara.
Ahogada de no poder(te/les) decir palabra,
esas que me gustaría abrazar a la hora del té
y saberlas decir para romper con esta máscara,
logrando así no sentirme como automentira preconcebida.

¡Cómo!, díganme cómo mostrarles el décimo noveno te amo que escribo para ella.

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Abrázame.

Me gusta/ría..

Darte un abrazo que acompañe mi pérdida de noción espacial.
Que mis párpados caigan al ritmo de tu respirar, ese que se recuesta junto a mí para decirme las buenas noches.
Mirarte a través de los sueños y despertar abrazadas.
Que tus labios - sí, esos que me encantan-, saluden mi llegada.. por partes.
Que te olvides de mí por las noches, para que despiertes exaltada de tus sueños buscándome en tu alma.
Me gusta/ría que junto a un beso, me digas un décimo octavo te amo mientras tus ojos brillaran cerrados.

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Quiéreme

Amada..

Necesito nueva música, para que mis pasos se hagan más audaces;
necesito que me ilumine tu sonrisa, porque suelo pisar grietas en la calle mientras miro las hojas que regresan a sus árboles.
Corro sin mirar. Busco sin encontrar.
Necesito corazones en el cielo y nubes en el cuerpo, y que tu nube se encuentre con la mía.
Aún corro, no descanso. Necesito aire para tomar y tirar por montones entre mis manos, también cantos que escuchen mis lágrimas.
Se siente como si se sintiera el sentir, a veces cercano.
En un futuro ayer, un beso suave. Un ruido que calla en sus labios.
Risas, esas que volvían en un minuto de dar la vuelta el mundo. Tristeza, que me venía a visitar una vez por año.
La música, tu música que me hace vibrar, suena. La mía..
Me detengo y vuelvo a correr, la música no ha cesado de entonar el décimo séptimo te amo que me llevara a encontrarme nuevamente.
Mátame hoy que lo tengo todo para fenecer con una sonrisa y no sueltes mi mano.

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Encuéntrame

De paso..

Juró sonreír para no dejar al olvido, y al viento gritó un te quiero.
Abrazó su mirada y caminó a mil pies de altura mientras danzaba acompañando sus parpadeos.
Le envió un beso. Sí, de esos que viajan con el viento, y que acortan distancias ya que el corazón va con ellos. Dejándose por unos instantes sin latidos, quizás son más que instantes.
Pero ahí se quedó, y le tomó de su mano porque ella le da vida a su décimo sexto te amo.
Y vivió. Con tilde en la (r)A.

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Dibújame y sonríeme.

Embrace..

Y entendí que no sólo de aprendizajes se avanza; sino también de errores y caídas, ya que sin ellos no podría haber aprendizaje.
Entendí que la vida no sólo es blanco, negro o gris; sino que tiene muchos degradés que es necesario conocer y vivir.

Entendí que una lágrima puede acompañar una sonrisa, al alma, o un sentimiento compartido. Y entendí cuánto me significa el verla caer.
A veces, duele. Necesito fortaleza y valentía, entrega y pasión. Necesito no necesitar (no me gusta esa palabra), es un llamado a que hagan presencia las anteriores nombradas.

Aprendí cuán importante es decir lo que se siente; y te seré sincera, no podría ser más feliz de lo que soy a tu lado.
Sí, a veces me equivoco. A veces no sé decir lo que siento y me guardo. Y corro la cortina para que no pueda entrar luz, tu luz y me pierdo en esa oscuridad.
Pero, a veces también reconozco, y ahora reconozco un décimo quinto te amo.

--
Abrázame.

Con la eternidad..

No esperes respuesta a la pregunta incierta.
No esperes palabras cuando las letras no se hilaran entre sí.
No esperes que el tiempo de marcha atrás, ni tampoco que avance como si las agujas del reloj quisieran huir.
Corre atrás del segundo, avanza delante del minuto.
Sólo, espera que pase. Sólo, no esperes.. Y encontrarás el tiempo perdido de tanto esperar.


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Décimo cuarto te amo.
Mírame y abrázame.

cuasi..

- ¡¿Alguien puede oírme?! -
Y el espacio formado se abrió para no retornar su voz.
Un "me" bajo sonó cercano (Sólo por darse en el gusto imitó su eco).
Y su vestido quedó en el olvido.







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Décimo tercero te amo.
Sostenme.

A un..

Debo decir después de estas letras, que me he enamorado.
De los versos que se escriben con tu nombre.
De las miradas que guardo dentro del alma.
De cada día, cada hora, cada minuto en que puedo besar tu respirar.

Sí, me he enamorado. O así creo que se llama. Y que 364 días no son suficientes.
Porque un onceno te amo no completa mi frase, sólo la comienza.
Y de comienzos se van complementando, tú, mi ser completo. En-amor(ada).

A cinco..

Eran las 3 de la mañana.
Con los ojos semi-abiertos, mientras la luz se colaba entre medio de ese azul desteñido. Ella daba imagen a su figura, abrazando su silueta, su desnudez ausente al lado izquierdo de su cama.
Los minutos avanzaban al igual que la espera de sus besos que la invitan a decir dos palabras.
Con un décimo te amo, se abre paso a las ilusiones creadas. Y sonríe, al saber que el agua puede transformarse en barro y dar vida, junto a su compañía.

(En)sueño realidad..

Las luces se apagaban. La música comenzaba a danzar entre tú y yo.
Mis oídos sordos veían tu piel erizando la mía.
Un soplar en tus labios inspirando mis manos a escribir poesía. Mientras que entre mis palabras se derraman idealismos.
Invítame a soñarte. Procuraré luego despertar para ver tu sonrisa reflejar mi vida.
En el noveno, te amo. Te cantan mis ojos que buscan tus abrazos del amanecer.

[¿Sabes..

.. qué se siente en un día perfecto junto a ti?]

El corazón grita por las ganas de querer arrancar del pecho. Pero, no puede.
La sonrisa en la cara permanece hasta llegar a mi casa y después de dormir amanece intacta.
Ella suele echarle la culpa al corazón, ya que como no pudo arrancar, busca apoyo en el exterior que demuestre eso que lleva dentro.
Yo sé que la sonrisa busca excusas, por no querer aceptar lo evidente. Por eso es que la dejo de oreja a oreja comunicarse sin buscarle peros. Octavo, te adoro.
Pero, ya que el corazón me confidencia, la sonrisa también busca irradiar esa alegría inexplicable que sólo tu presencia logra en mí. Y le creo.
Sonríeme.

Pies..

- Si, me encantan-. Le confesaba ella al oído mientras se sentían unidos.
Ya era media noche, y ni un movimiento emitía sonido.
Tu cuerpo en la otra mitad de la cama, mientras el de ella trataba de no apartarse mucho del suyo cuando la luz encandilaba los ojos.
Centímetros de piel, como tus manos, como sus manos que son cómplices para no ser descubiertos.
Caricias invisibles, rebosantes de complicidad en el contacto de amantes cautivos que buscan sentir.
Tú por tu lado como que duermes, ella por su lado como que evita.
Al final, siempre se encuentran y se acarician apasionadamente, protagonizando una escena totalmente fuera de lugar a lo que a simple vista se observa.
- ¿Te he dicho antes que me encantan?-. Le decía ella en el instante en que se encontraba con ese calor que a medianoche se genera de ese contacto.
Ahora, cuando pasan a segundo plano, otra luna es la que brilla y se escriben nuevas líneas.
-Quinto. ¡Te Amo!-.