miércoles, 14 de abril de 2010

A cinco..

Eran las 3 de la mañana.
Con los ojos semi-abiertos, mientras la luz se colaba entre medio de ese azul desteñido. Ella daba imagen a su figura, abrazando su silueta, su desnudez ausente al lado izquierdo de su cama.
Los minutos avanzaban al igual que la espera de sus besos que la invitan a decir dos palabras.
Con un décimo te amo, se abre paso a las ilusiones creadas. Y sonríe, al saber que el agua puede transformarse en barro y dar vida, junto a su compañía.

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