miércoles, 14 de septiembre de 2011

Esculpir..


La joven se acercó aquella noche al río.
Dicen que cuando la amada sonríe completa en el cielo, su dicha permite la entrada por su puerta de luz en el agua a quien logre llegar por ella en medianoche. Se sabe también que quizás solo sea de entrada.
La joven esperó cauta tras abril el paso selecto de las once con cincuenta y nueve. La luna solo avanzó brillante por el oscuro cielo.
No se sabe porqué aquella noche en que estaba llena, la puerta jamás apareció.
En medio del río algo se hacía notar, la joven adentrándose en sus aguas halló su razón. Se sumergió para poder recogerle y entendió que para poder ver aquella puerta primero le era necesario entregar aquel corazón que con el paso del tiempo se había transformado en piedra.
Se desconoce su destino y si cumplió dicha entrega encomendada por la luna en período lleno, solo se sabe que aquel río aún la espera para abrir su puerta si supo amar.

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Sonríeme.

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