Aprendiendo a volar..

Y qué es amar, le preguntó la golondrina al viento..
El viento solo se paseaba a su alrededor, agitando un poco las plumas que de sus pequeñas alas nacían.
La golondrina insistía en preguntarle, puesto que le intrigaba el saber cual era la concepción de amar que el viento poseía.
El viento seguía sin responder, o quizás sí lo hacía, pero no como la golondrina esperaba. Y continuaba rodeando a la pequeña que seguía con mirada interrogativa.
La golondrina sentía como el viento la envolvía con su calor y la acariciaba haciéndola sentir más segura.
El viento sólo se preocupaba de que la golondrina pudiera sentir su presencia.
La golondrina quiso saltar de aquella rama en lo alto, hacia un gran vacío, y sin aún aprender a volar. Miró a su alrededor y sentía que lanzarse era lo que debía hacer, puesto que los demás la presionaban. Claro, como ellos ya sabían volar, o quizás solo alardeaban de ello y realmente nunca habían alzado el vuelo. El viento sólo la observaba.
En fracciones de segundos y sin preguntarle (ni dar aviso) a nadie, saltó cerrando los ojos y esperando sólo el sonido de su cuerpo al tocar tierra. Sonido que para su sorpresa, nunca llegó. Por lo cual decidió abrir los ojos y se encontró aún lejos de llegar al vacío, gritó a la nada, ya que en esos momentos todos aquellos que antes la observaban allí no se encontraban -¿¡Qué está ocurriendo!?-. Es ahí, donde un susurro en su oído le indicó que no estaba sola. El viento la había tomado y había desplegado sus alas ayudándola a volar.
- Viento, ¿qué haces?.
- Pues te ayudo a volar.
La golondrina seguía sin comprender porque el viento la había ayudado, siendo que no era quien la había hecho lanzarse de aquella rama.
El viento solo le hizo compañía. Y comenzó a sentir a la golondrina, y ella al viento. Comenzaron a ser uno, volando hacía el horizonte.
La golondrina extendió sus alas, las cuales ahora eran más grandes, y el viento la abrazó para no dejarla pensar caer nunca más.
El viento sabía que debía decirle algo, pero antes no quería, puesto que siempre la vio tan acompañada que creyó no ser necesario. Le sopló una brisa, para que la golondrina le pusiera atención y le dijo. -¿Qué es amar?, pues amar es estar contigo. Es sentir que si caes podrás volar porque tus alas agitaré. Es envolverte con mi ser. Es ser oído para tus gritos mudos. Y es que te des cuenta que aquí estoy.-
La golondrina no volvió a preguntar más nada, pues ya podía volar junto al viento.